viernes, 27 de agosto de 2010

Recuerdos y más recuerdos.


Cuando era niño, mi padre tenía un bar en la costa de Tarragona. El sitio no era gran cosa la verdad, pero a mi familia y a mi nos hizo salir adelante y eso era lo que importaba al fin y al cabo. Mi madre cocinaba y mi padre atendía la barra. La clientela eran, en su mayor parte extranjeros que estaban de vacaciones y algún que otro lugareño al que le encantaba la comida de mi madre.

Por la zona había un par de zaragozanos con sus familias, y sus hijos y yo nos hicimos grandes amigos. De esos días guardo grandes recuerdos como el día que nos escapamos por la playa en busca de aventuras y nuestros padres llamaron a la guardia civil (casi nos matan a la vuelta), o el día que me metí una cayena picante en la nariz y acabé pareciéndome a Carmen de Mairena.

Un día tremendamente aburrido, estaba dando vueltas por la barra y me puse a cotillear entre los vinilos de mi padre. Encontré uno con una cara de una mujer y un título impronunciable para mi en aquel entonces. Al ponerlo y empezar a escuchar la voz de esa mujer, me di cuenta de que había encontrado a la cantante que me iba a seguir por el paso de los años.

Es curioso como pasan las cosas en la vida, ya que hace más de quince años que no cruzo ni palabra con mi padre, y precisamente fue él quien me ayudo a encontrar a la Sra. Streisand.

Gracias papá, también hubo buenos recuerdos.