Son malos tiempos para todos, tiempos en los que estar mal, se está convirtiendo en costumbre. Nos quedamos sin trabajo, sin casa, sin sueños y sin aire. Y así se nos pasa la vida, por desgracia, tan callando.
El convertir el día a día en motivo de celebración, cada vez es más costoso y dejar atrás un mal equipaje, a veces se hace cuesta arriba y cargamos con él a la gente que más nos quiere.
Uno tiene que intentar, que el consumo de minutos vacíos, no lo conviertan en una sombra de si mismo y que algo que parece tan lejano pueda volver a primera plana.
Las oportunidades parece que se hayan convertido en invisibles, pero yo me resisto a creer eso. Hay una de ellas que sí vi, una de ellas que no deje escapar, una de ellas que llena mi vida de esperanza.
domingo, 11 de agosto de 2013
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